Tutti Frutti: cuando la contracultura mexicana se embriagó en un sótano punk... y ahora puedes verlo en pantalla grande
E l documental Tutti Frutti: El Templo del Underground revive uno de los espacios más radicales y contraculturales del México de los 80: un bar escondido que cambió la historia del arte, el punk y la libertad creativa en la capital.

¿Quién dijo que la historia oficial tiene la última palabra? El nuevo documental Tutti Frutti: El Templo del Underground, dirigido por Laura Ponte y Álex Albert, llega para sacudir la memoria colectiva y demostrar que, mientras la censura asfixiaba la cultura juvenil en la Ciudad de México, un grupo de jóvenes construía en silencio una revoluciòn desde un bar escondido en Lindavista.
Bajo el techo clandestino de lo que fuera la parte trasera del restaurante Apache 14, nació en 1985 un refugio insospechado: el Tutti Frutti. Allí, en plena Avenida de los 100 Metros, convergieron punks, artistas, cineastas, músicos y toda clase de espíritus rebeldes que se negaban a bailar al ritmo del sistema. Este espacio sería la mecha que encendió una explosión creativa sin precedentes en el país.
Laura Ponte, quien pisó el lugar apenas siendo adolescente, reconstruye décadas después la historia de ese santuario maldito con ayuda de testimonios, archivos olvidados y la memoria colectiva que logró rescatar desde un grupo de Facebook creado para convocar a los fantasmas del pasado. Más de 10 mil personas respondieron. El resultado: un documental DIY con espíritu crudo y alma punk.
El sótano que incubó a Caifanes, Café Tacvba y Santa Sabina
En el Tutti Frutti sonaron por primera vez nombres que hoy resuenan como leyendas del rock mexicano: Las Insólitas Imágenes de Aurora, el proyecto inicial de lo que luego sería Caifanes, Café Tacvba, Santa Sabina y La Maldita Vecindad. Además, apoyaron a bandas punk como Atoxxxico y Massacre 68. Todos ellos tuvieron su primer escenario en un sótano lleno de chelas baratas, amplificadores improvisados y una audiencia hambrienta de arte.
Pero no solo la música encontró hogar ahí. El Tutti fue también laboratorio de arte urbano, performance y colectivos como La Quiñonera, El Sindicato del Terror, SEMEFO y La Pus Moderna. Fue el punto de partida de una escena que más tarde inspiraría espacios como Rockotitlán, el LUCC (La Última Carcajada de la Cumbancha) o el Foro Alicia.
No es nostalgia, es memoria histórica
"Tutti Frutti: El Templo del Underground" es más que una crónica sobre un bar: es un acto de resistencia fílmica. Con música de Mateo Sánchez Galán (TELEMAT) y edición de Ricardo Vergara, el documental rehúye el lenguaje cinematográfico pulido y apuesta por una estética sucia, cruda y auténtica, reflejo fiel de la escena que retrata. En esta apuesta radical participan leyendas como Rubén Albarrán, Sabo Romo, Jenny Bombo, Rosa Adame y Trasher Biafra, además de figuras clave como Brisa Vásquez y Danny Yerna —quien falleció recientemente—, fundadores originales del mítico recinto.
Y es que este no es un viaje para romantizar lo que fue, sino para enfrentarlo de frente. Tutti Frutti rescata los rastros de una generación que encontró en el ruido, la oscuridad y el caos una forma legítima de existir. Es una cápsula de tiempo que devuelve al presente la urgencia, el coraje y la belleza de la creación nacida desde la periferia. Verlo no es mirar atrás con nostalgia: es reconocer que ahí, en esos sótanos mal iluminados, comenzó una transformación cultural que permanece.
¿Vale la pena ver Tutti Frutti: El templo del underground?
Por supuesto, entender el pasado under de esta ciudad es comprender cómo surgió lo mejor del arte independiente en México. Porque en tiempos donde el mercado lo absorbe todo, recordar cómo nació el arte desde la necesidad, el dolor y la clandestinidad es vital. Porque hay historia más allá de Televisa y los libros de texto.
- 'Tutti Frutti: El Templo del Underground' se proyectará a partir del 16 de mayo en la Cineteca Nacional y otros recintos como Filmoteca de la UNAM, Cineteca Nuevo León, La Casa del Cine, Cine Tonalá y Film Club Café.
Es hora de devolverle la voz a quienes construyeron la cultura desde las sombras.
¿Estás listo para conocer la historia del bar que el gobierno no quería que escucharas?