Papa Francisco inauguró el Jubileo de la esperanza 2025
E l obispo de Roma abrió la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, con lo que dio por comenzado el Jubileo Ordinario.

En su mensaje de Nochebuena, el Papa Francisco recordó ante cientos de fieles el acontecimiento más relevante para el calendario católico, cuando “un ángel del Señor, envuelto de luz, alumbró la noche y dio el anuncio gozoso a los pastores: Les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo; hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor”.
El obispo de Roma también recordó que “con la apertura de la Puerta Santa damos inicio a un nuevo Jubileo. Cada uno de nosotros puede entrar en el misterio de este anuncio de gracia. En esta noche, la puerta de la esperanza se ha abierto de par en par al mundo; en esta noche, Dios dice a cada uno: ¡también hay esperanza para ti! Hay esperanza para cada uno de nosotros, pero no se olviden, hermanas y hermanos, que Dios perdona todo, Dios perdona siempre. No se olviden de esto, que es un modo de entender la esperanza en el Señor”.
La cita universal que la Iglesia Católica celebra cada cuarto de siglo llega en un momento histórico y de gran incertidumbre internacional, de ahí el insistente llamado de Jorge Mario Bergoglio a la búsqueda de la paz.
“Aprendamos del ejemplo de los pastores, la esperanza que nace en esta noche no tolera la indolencia del sedentario ni la pereza de quien se acomoda en su propio bienestar”, dijo también en su mensaje el Papa.
El Jubileo es un momento muy trascendente desde el punto de vista espiritual para los católicos de todo el mundo, que se caracteriza por el perdón de los pecados y por la indulgencia entendida como expresión de la misericordia; para esta cita del calendario religioso se espera la visita de hasta 30 millones de feligreses.
El primer Jubileo fue convocado por el Papa Bonifacio VIII en el año 1300; su frecuencia se ha ido modificando con el tiempo, al principio era cada siglo, luego cada 50 años por Clemente VI (1343) y más tarde cada 25 años por Pablo II (1470).
Los más conocidos son los Jubileos ordinarios; pero también los hay extraordinarios, como el que convocó el propio Papa Francisco en 2015 como Año Santo de la Misericordia.