Murió Carlos Robledo, arquitecto del ruido y pionero del synth pop en México
E l músico, figura cardinal de la música electrónica y experimental, falleció este miércoles 16 de abril. La noticia fue confirmada por su hermano, Víctor Robledo-Rella, y por su cercano colaborador, Humberto Álvarez.

Hoy, se va uno de los grandes, de los que convirtieron el ruido en arte y las máquinas en poesía sonora. Más que un músico, Robledo fue un visionario. Fundador de bandas como Decibel, Size y Casino Shanghai, ayudó a sembrar las semillas de una revolución sonora en un México que apenas empezaba a atreverse, a romper moldes. Lo suyo no era imitar lo que venía de fuera: era inventar desde adentro. Desde lo urbano, lo vanguardista, lo electrónico y lo visceral.
La noticia de su fallecimiento fue confirmada por su colaborador Humberto Álvarez. Aunque aún no se han especificado las causas de su muerte, la comunidad musical lamenta profundamente la partida de este innovador que marcó un antes y un después en la música experimental mexicana.
El poeta del sintetizador
Nacido en la Ciudad de México, Robledo comenzó su camino en el Conservatorio Nacional de Música, pero muy pronto descubrió que las estructuras académicas eran demasiado rígidas para lo que él quería decir. En 1974, junto a Walter Schmidt, fundó Decibel, agrupación pionera del rock in opposition en México, influenciada por Frank Zappa, Stockhausen y Henry Cow. Su obra más reconocida, El Poeta del Ruido (1980), es un manifiesto de libertad artística que amalgama jazz, ambient, música circense y referencias de las culturas precolombinas.
Pero si Decibel fue el laboratorio, Size fue la revolución callejera. Junto a Illy Bleeding, Dean Styrene y Carlos Warman, Robledo creó uno de los proyectos más influyentes del postpunk y el synth pop en América Latina. Canciones como El Diablo en el Cuerpo, Alebrije. La Cabellera de Berenice pusieron al underground mexicano en sintonía con Cabaret Voltaire, Throbbing Gristle y Kraftwerk, sin perder identidad propia. Fue Robledo quien introdujo el sintetizador como protagonista del sonido alternativo en México.
Casino Shanghai y la ruta de lo posible
Tras la disolución de Size, Robledo exploró una faceta más accesible sin abandonar la experimentación. Casino Shanghai, junto a Schmidt, Humberto Álvarez y Ulalume Zavala, fue su apuesta por un synth pop elegante, sofisticado, casi cinematográfico. El disco Film se convirtió en una joya del género, tan vigente como en su momento de aparición.
Pero no se detuvo ahí. Carlos también integró grupos como Los Agentes Secretos, Cou Cou Bazar, OD y Como México No Hay Dos, proyectos donde exploró desde lo industrial hasta la electroacústica, siempre con una curiosidad inagotable y una ética artística que desafiaba etiquetas.
Un legado que resiste el olvido
A Carlos Robledo lo quisieron, lo admiraron y lo siguieron muchos. No porque buscara ser una estrella, sino porque su música hablaba por él. Era, como han dicho algunos, un "pionero sin monumento", pero con historia. Una historia que aún suena en cada beat independiente, en cada artista que se atreve a salir del molde.
Su vida fue una declaración de principios: que la experimentación es una forma de resistencia, que el ruido puede ser hermoso y que México también puede ser vanguardia.
Hoy, al despedirlo, no solo decimos adiós a un músico. Decimos adiós a un artífice del sonido, a un hombre que encontró en los sintetizadores un lenguaje propio. Su obra permanece. Vive en cada sintetizador vintage, en cada pista oscura de un club alternativo, en cada joven que se atreve a hacer música sin pedir permiso.