Gilberto Mora, el nuevo niño maravilla del futbol mexicano
D esde Giovani Dos Santos o Carlos Vela que México no veía un talento con esa combinación de inteligencia, técnica y lectura del juego.

En el futbol mexicano los prodigios suelen aparecer como destellos fugaces. Gilberto Mora, que 16 años, es uno de ellos y brilla con luz propia en el Mundial Sub20 celebrado en Chile, donde México.
Desde Giovani Dos Santos o Carlos Vela que México no veía un talento con esa combinación de inteligencia, técnica y lectura del juego. Mora no solo ejecuta bien; entiende el futbol, algo que lo coloca en un nivel distinto al de su generación.
Juan Carlos Osorio, entonces técnico de Xolos de Tijuana, debutó a Mora en la jornada 8 del Apertura 2024 frente a Santos; con apenas 15 años Mora entró al campo y en pocos minutos cambió el ritmo del partido, dando una asistencia y mostrando gran personalidad.
En un año Mora se ha consolidado como titular en Xolos, sumando 41 partidos, siete goles y dos asistencias en el máximo circuito; con un rostro que aún delata su adolescencia, el joven mexicano demostró que el talento, cuando es genuino, no necesita esperar a cumplir los procesos convencionales.
Su representante, Rafaela Pimenta, una de las figuras más influyentes en el mercado mundial (agente de Erling Haaland y Santiago Giménez, entre otros consagrados), ha confirmado que varios clubes europeos ya han preguntado por él y no es para menos.
El estilo de Mora se asemeja a futbolistas de la talla de Andrés Iniesta, Pedri o Bernardo Silva, aseguran distintas fuentes. Tiene una capacidad casi natural para medir los tiempos del juego. Sabe cuándo acelerar, cuándo hacer una pausa, cuándo asociarse e incluso, cuándo encarar. También destaca con un golpeo preciso y su visión de campo parece de alguien que lleva una década jugando en la primera división.
El mexicano no deslumbra solo por su técnica. Su mayor virtud es su inteligencia táctica. En un país donde los mediocampistas creativos escasean, él parece haber sido diseñado para ocupar ese vacío. Se ofrece constantemente como opción de pase, gira con elegancia entre líneas, tiene el temple para manejar la presión y la claridad para elegir la mejor opción, incluso en espacios reducidos.