¿Spotify se queda sin ritmo? Artistas, fans y trabajadores arman boicot contra la plataforma
E l gigante del streaming enfrenta una ola de cancelaciones, protestas y descontento por sus decisiones recientes. ¿Se tambalea su reinado musical?
Spotify, el gigante del audio digital que durante años marcó la pauta en la industria del streaming, hoy enfrenta uno de sus momentos más tensos. Artistas, oyentes y hasta exempleados han comenzado a cancelar cuentas, retirar catálogos y lanzar llamados abiertos al boicot.
¿La razón? Un combo de decisiones empresariales polémicas, recortes presupuestales, algoritmos despersonalizados, acusaciones de explotación creativa, una controvertida apuesta por la inteligencia artificial para generar música automatizada… y una polémica inversión en la industria bélica por parte del propio CEO de la compañía.
El escándalo que puso en jaque a Spotify
Todo comenzó a escalar cuando se dio a conocer que Daniel Ek, CEO de Spotify, destinó más de 600 millones de euros a Helsing, una empresa europea especializada en tecnología militar, incluyendo drones autónomos y sistemas de inteligencia artificial para uso bélico.
La noticia fue como gasolina sobre la frustración acumulada por músicos independientes que llevan años denunciando el modelo de pagos injustos de la plataforma. Muchos vieron esto como la confirmación de que Spotify ya no es una plataforma cultural, sino una maquinaria que maximiza ganancias, aunque eso implique financiar la guerra.
Artistas que dijeron basta
Desde la escena internacional —con artistas de Estados Unidos, Europa y Australia— varios proyectos comenzaron a anunciar públicamente su salida de Spotify como forma de protesta. Uno de los primeros fue Deerhoof, banda de art rock experimental de EE.UU., que declaró:
No queremos que nuestra música mate personas. No queremos que nuestro éxito esté ligado a tecnologías bélicas de IA”.
Poco después, la banda estadounidense Xiu Xiu calificó a Spotify como un “portal hacia el armagedón violento” y también abandonó la plataforma. Más tajante fue King Gizzard & The Lizard Wizard, banda australiana, quienes, junto con anunciar que retirarían todo su catálogo, publicaron un mensaje directo:
F*ck Spotify”.
Desde España, la banda Eyaculación Post Mortem también se sumó a las protestas. Su vocalista, Jota, fue claro:
No quiero que la música de Eyaculación Post Mortem esté en esta plataforma por motivos de objeción de conciencia... nosotros no apoyamos las guerras ni los monopolios de los que su negocio es responsable... se metieron en un problema mayor de usurpación de identidad.”
Y en México, César Daniel (Zezaree), músico referente de la escena under, también se ha pronunciado sobre el tema.
Ya saben que yo no estoy en ninguna plataforma porque me late el underground macizo, entonces, alguien se está ganando un varo a costa mía y subió mi álbum, "Santos mis difuntos"; así que si pueden ayuden a reportar o a no consumir ni comprar ninguna canción o el álbum".
Como claro ejemplo, en estos dos últimos casos, ambos artistas han expuesto que su música fue subida sin su consentimiento y monetizada por terceros. Esto no solo representa un acto de explotación, sino también un uso indebido de contenido protegido. Situaciones así evidencian una de las grietas más graves del ecosistema digital: la facilidad con la que las plataformas permiten la distribución de obras sin verificar si realmente cuentan con la autorización legítima.
¿Y qué dicen los fans?
Lejos de quedarse cruzados de brazos, muchos usuarios se unieron al boicot, cancelando sus suscripciones, migrando sus playlists a otras plataformas, apoyando a los artistas locales, comprando su merch oficial y viralizando críticas en redes sociales. En Reddit, TikTok y Facebook, se multiplican los testimonios de oyentes cansados del modelo de negocio de Spotify, que solo busca lo más rentable, automático y viral, dejando de lado la música auténtica.
La app ya ni me recomienda música nueva. Todo suena igual y ahora me entero que el CEO financia drones de guerra… bye”, escribió una usuaria en X.
¿Y Spotify?
La empresa no ha emitido un comunicado oficial sobre este boicot. Sin embargo, Daniel Ek ha defendido públicamente su inversión en Helsing, asegurando que es un esfuerzo por fortalecer la defensa europea con IA ética, y separando su rol empresarial de sus inversiones personales.
Pero para muchos, eso es una contradicción: “¿Cómo puedes decir que apoyas a los artistas mientras los precarizas y luego te llenas los bolsillos invirtiendo en armas?”, replican desde la comunidad musical.
¿Es el principio del fin? Spotify sigue siendo la plataforma de streaming más grande del mundo, con más de 690 millones de usuarios activos mensuales a nivel global. Según su reporte financiero del segundo trimestre de 2025, la empresa superó las expectativas y registró un crecimiento del 11% respecto al año anterior. Para finales de 2025, se proyecta que alcance los 710 millones de usuarios activos, consolidando su dominio en el mercado mundial del streaming musical.
Sin embargo, las grietas en su modelo son evidentes. No se trata solo de centavos por reproducción, sino de ética, coherencia y rumbo. Lo que está en juego no es solo cómo se distribuye la música, sino qué tipo de futuro quiere construir la industria cultural.